domingo, 22 de marzo de 2009

De las pistas a los platós

La belga Justine Henin tuvo una carrera deportiva rápida pero intensa. Colgó la raqueta en mayo de 2008 cuando ostentaba el puesto número uno de la clasificación WTA, y este hecho le convirtió en la primera jugadora que lo hacía siendo la mejor del mundo.
“Es una página que se pasa. No siento tristeza, más bien alivio". Estas fueron las declaraciones de la ex tenista el día de su retirada. Es evidente que el cansancio y el estrés fueron dos puntos clave en su prematuro adiós a los 25 años. Pero, a pesar de que se despidió pronto, Justine en nueve temporadas como profesional logró siete Grand Slam, 41 torneos WTA y la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas.

En los últimos días, cuando se cumplen 10 meses de su marcha, muchos son los rumores que corren acerca de un posible regreso. Ella, por el momento, ha negado cualquier posibilidad de enfundar de nuevo la batuta aunque no se ha desligado de la raqueta por completo. Junto al argentino Carlos Rodríguez, su mentor desde 1996, colabora en la escuela de tenis para jóvenes en la localidad de Limelette.

Otra de las actividades que ocupará la vida de la belga en los próximos meses será su inmersión en el mundo de la comunicación. Justine actuará en Más bella la vida una popular serie francesa en la que hará de si misma durante un capítulo. Posteriormente, se trasladará a la televisión belga RTBF para participar en un programa de desafíos.

Al igual que otras personalidades famosas, la ex tenista ha creado una fundación Justine for kids destinada a ayudar a los niños más desfavorecidos en el mundo.

La belga que se quedó con la espina clavada de no haber podido coronarse en el olimpo de los dioses londinense, brilló dentro de las pistas por sus aptitudes tenísticas, y continúa deslumbrando fuera por su calidad humana.

Imagen:http://www.sportsnob.net/wp-content/uploads/2008/01/henin.jpg

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