domingo, 26 de abril de 2009

Nuevo quinquenio

Imparable, insuperable, inigualable, increíble. Así es Rafael Nadal. Un tenista que siete días después de lograr su quinta victoria consecutiva en Montecarlo, hoy ha realizado la misma gesta en el Conde Godó de Barcelona, engrosando así su lista de títulos en tierra batida a 24.

La tarde comenzó apasionante con una rotura de saque de Nadal en el primer juego a Ferrer, y con el contrabreak del alicantino en el segundo. El público, asombrado ante el fuerte de los dos, esperaba un set apretado. Pero como si de una apisonadora se tratase, el mallorquín pisó el acelerador a fondo y despachó a su compatriota por 6-2 en 45 minutos.

En el segundo set sin nada que perder, David Ferrer sacó a relucir sus derechazos y la calidad que le permitieron superar en la jornada anterior al chileno Fernando González. En el sexto juego, el de Jávea ganaba 3-2 y tuvo una pelota de break que no supo aprovecharla. Y ya se sabe, Nadal da una oportunidad pero dos no. Éste mantuvo su saque e igualo la contienda a 3. El resto de la segunda manga continuó igualada hasta que en el 5-5 al alicantino le pudo la presión y perdió su saque. El siguiente y último juego del encuentro, Rafael lo disputó a la perfección y cerró el partido con 6-2-, 7-5 en una hora y 43 minutos, y se convirtió en el flamante ganador del torneo de la ciudad Condal.

Ferrer se lo toma con humor

Tras la ceremonia de entrega de premios, llegó el momento de cambiar la raqueta y empuñar el micrófono para agradecer a los presentes el apoyo brindado durante toda la semana. Como es habitual, en primer lugar habló el subcampeón. El alicantino felicitó a su amigo Rafael por la victoria de este año y por la del año que viene por si no llega por tercer año consecutivo a la final del torneo barcelonés, ya que según él: "Nadal volverá a ganar". Por su parte, el de Manacor alabó el buen torneo realizado por el de Jávea, y afirmó: “para mí es mucho más que un sueño. Nunca me hubiera imaginado recoger la copa por quinto año consecutivo”.

Si para él es una sorpresa todo lo que está consiguiendo, para el resto del mundo también. Pero no solo por su brillante juego, sino por la humildad que le caracteriza dentro y fuera de las pistas. Es el número uno y se lo merece con creces. Enhorabona campió.


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