miércoles, 31 de diciembre de 2008

Incomparable, inigualable, invencible

El 2008 se acaba. Este año, como ya os he comentado en anteriores entradas, ha sido magnífico para el tenis español. Pero si hay un tenista que ha destacado por encima de los demás ese ha sido Rafael Nadal. ¿Qué decir de él que ya no se haya dicho? ¿Qué contar que no se sepa? Podría hacer miles de entradas sobre su carrera, acerca de sus títulos, de su persona. Todo eso está ya muy visto. Hablar del manacorí y ser original es una difícil tarea.

Entonces, os preguntaréis: ¿En qué consistirá la entrada de Nadal, un resumen de su trayectoria profesional en el 2008? Sí pero no. El último Adiós al tie-break del año se centrará en tres títulos que el manacorí ha obtenido en las pistas en los últimos 12 meses.
¿Por qué tres y no cuatro? La tercera vez que disputó la final del Wimbledon fue cuando se llevó el triunfo. Es el tercer tenista español en lograr ser número uno de la ATP. Consiguió la tercera medalla olímpica que le faltaba al tenis español: el oro.

El primero trofeo es su victoria en Wimbledon. Después de perder dos finales consecutivas contra el suizo, este año sí que pudo con Roger Federer. El helvético no tuvo más remedio que rendirse ante el español. Rafa desplegó su mejor tenis y venció al número uno en ese momento.
Sus lágrimas tras el punto final demostraban la alegría de un joven de 22 años que con mucho trabajo y tesón consiguió uno de sus sueños: coronarse en la hierba del torneo londinense más prestigioso del mundo.

La hazaña del balear no se limitó a ganar Wimbledon. Días después alcanzó el número uno del mundo al llegar a la semifinal del Masters Series de Cincinnati. Nadal no ganó el torneo estadounidense, pero eso ya no importaba. Su nombramiento como el más aplicado de la clase no se hizo oficial hasta el 18 de agosto, un día después de tocar el cielo en Pekín.

En pleno verano, cuando el calor era más sofocante, los españoles cambiaron un chapuzón en la playa por mantenerse pegados al televisor. A miles de kilómetros de España un mallorquín llamado Rafael Nadal estaba dándole un giro de 360º a la historia del deporte español. El de Manacor partía como favorito para llevarse la medalla de oro y no defraudo al público. En su primera participación en unos Juegos Olímpicos fue derrotando, con paso firma, uno a uno a sus contrincantes. En la final se enfrentó al chileno Fernando González. Éste, al igual que Federer en Londres, no le quedó más que alabar al español.

Finalizaron las vacaciones de verano y los niños volvieron a los colegios. Nadal hace unos cuantos años que dejó las aulas. Sin embargo, a la vez que los más pequeños se reencontraban con sus amigos, el manacorí se topó con un galardón muy especial: El Premio Príncipe de Asturias. Este homenaje, además de ovacionar su carrera deportiva, premia su humildad, su sencillez, su saber estar. En definitiva, su calidad humana. Para él este premio ha sido “una de las cosas más grandes que podía pasar fuera de las pistas”.

La grandeza de Nadal no se reduce a las canchas de tenis. Siempre que es necesaria una persona de renombre para un acto benéfico ahí está él. Prueba de ello es el partido amigos de Iker vs amigos de Nadal que se ha celebrado recientemente por segundo año consecutivo y la Fundación de ayuda a los necesitados y cooperación al desarrollo que ha creado.

Feliz 2009 a todos. Que el año que entra se cumplan todos vuestros sueños. Entre los míos está que el tenis español continúe dándonos tardes de gloria.


Imagen: Rafael Nadal tras la entrega de la medalla olímpica. / http://www.rafa-nadal.com/images/news/Rafael-Nadal-Fernando-GonzalezFinal-Pekin2008.jpg

No hay comentarios: